Y este suceso, por los antecedentes, es tan impresionante como suena: ninguna mujer nació en la familia tras 137 años. Wull Settle, papá de la bebé, supo la noticia de que sería padre, imaginó que para variar sería un niño quien estaría entre sus brazos.
La última mujer con el apellido Settle había sido nadie menos que su bistía (hermana de su bisabuelo) y de ahí en adelante todo había sido azul en los cuartos, pantalones y cabello corto.
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