que por Dios tejido luces hoy radiante,
tan abiertamente cual dominio mío,
tersa entre las flores, pura entre diamantes.
muerta en la locura de un tropel de excesos,
cuando hasta hace poco te pinté desnuda...
te bordé mi nombre y te vestí con besos...
mientras me retumba enfurecido el eco
cual si no bastara el palpitar del pecho...
trae de nuevo el hecho tu febril gemido
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