Apretándose contra las sábanas los cuerpos
los amantes se sienten los reyes del universo
la respiración agitada del deseo los envuelve
la excitación de lo prohibido los enciende
la libido entre caricias los hace estremecer.
Se inmolan deseosos hasta tallar la piel
cuan lobos hambrientos se devoran insaciables
mordiéndose los labios hasta la avidez de la carne
la adrenalina los convierte en amantes incansables
sintiendo entre sus venas el transitar de la sangre.
Cada amante se fusiona con la llama del misterio
entre los fluidos corporales del placer intenso
arden de pasión emulando ser ríos de magma
son volcanes dantescos entre las montañas
enardecidos por todo el fuego que los abraza.
Y en el éxtasis de los espasmos de la noche
las pocas horas para amarse son escasas
cada orgasmo es el lenguaje lujurioso
de los amantes devorándose en silencio
de los amantes arrasados por las brasas.
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