En este beso que apenas roza mi boca,
el amor que sale del alma se trasloca;
cerrar los ojos y evocar tus sentidos,
¡Ámame cielo mío y apaga mis latidos!
Acerca tus labios a mi gentil comisura,
destrózame con ganas, aquieta mi locura;
exprime mi cuello con tu aliento todo,
arráncame con tu ardor de mi piel el lodo.
Suaviza mis contornos que relucen al sol,
aclara las lunas en mi brillante resplandor;
estréchame inquieto mi pecho descubierto,
haz que mi temblor se atenúe en mi desierto.
Siénteme susurrar al amarrarte a mi flor,
cual ave fantasiosa en la plenitud del sopor;
aspira mis humores que se deslizan calientes,
empapa tu estambre con mi néctar hirviente.
Acaricia sin cesar mi rostro tan enamorado,
huele mi perfume y desfallece embriagado;
gritemos en gemidos mil espasmos al anochecer...
enredemos nuestros cuerpos hasta el amanecer.
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