23 de enero de 2017

Dedo al sapo



Sentenciado a cadena perpetua por el asesinato de tres hombres, entre ellos un estudiante universitario, “El Papacho”, uno de los hombres que aterrorizó por años a los residentes del Valle de Juárez (municipio a un lado de Ciudad Juárez), habla por primera vez de los crímenes que cometió y también de los que asegura no son de su autoría, pero que la autoridad le achaca.


Mauricio Aguilar Luna, asegura que funcionarios de la Fiscalía General del Estado (FGE) lo amenazan con matar a su familia o encerrar en la cárcel a sus hijos para obligarlo a que se adjudique una supuesta fosa clandestina en el Valle, en la que se presume puede haber una centena de cadáveres.



Ante esa acusación contra funcionarios, Carlos Huerta, vocero de la corporación, informó que se investiga a Aguilar Luna por la desaparición y muerte de decenas de personas inhumadas en fosas clandestinas.



Las excavaciones iniciaron el martes de la semana pasada en el ejido Jesús Carranza, municipio de Juárez y abarcarán hasta el ejido Juárez y Reforma y Guadalupe, según informaron los investigadores.



Sin embargo, Aguilar Luna acusa que “esos muertos son de Miguel Ángel Reyes Salazar, apodado “El Sapo” y quien goza de protección oficial”.



La entrevista se desarrolla en el área de locutorios del Cereso 3 de Ciudad Juárez. Detrás de los gruesos barrotes tres reos platican con sus abogados. Al frío y reducido espacio, construido mitad en concreto y mitad de hierro, llega también “El Papacho”, apodo de Aguilar Luna, considerado lugarteniente del Cártel de Sinaloa en el Valle.



Mira con desconfianza a un custodio que graba con su teléfono celular el encuentro. Reclama privacidad y el guardia deja de videograbar, pero se coloca muy cerca, lo suficiente para asegurarse de escuchar lo que ahí se dice.



De pie, el hombre de 44 años viste el uniforme deportivo gris que llevan los presos del penal bendecido por el papa Francisco en febrero del 2016.



El responsable de la muerte de los hermanos Elmer y Édgar Iván García Archuleta y su primo Gabriel Gándara Archuleta, rechaza ser fotografiado, sólo concede la entrevista.



Luna Aguilar habla a El Diario de la privación ilegal de la libertad y posterior asesinato de Magdalena y Elías Reyes Salazar y de su esposa Luisa Ornelas.



Todos son familiares del “Sapo”, presunto líder de “La Línea”, brazo ejecutor del Cártel de Juárez en los municipios fronterizos de Guadalupe y Praxedis G. Guerrero, situados al suroriente de Juárez.



El triple asesinato de los integrantes de la familia Reyes Salazar fue el corolario de una serie de venganzas familiares que llevó a la próspera región algodonera del Valle a su más álgido nivel de violencia y que aún es motivo de disputa entre cárteles.



En febrero del 2011, al lado de una camioneta color azul, fueron encontrados los cuerpos apilados de Magdalena, Elías y Luisa, en la Carretera Juárez-Porvenir.



La arena encontrada en los cadáveres puso en evidencia que fueron desenterrados.



La familia Reyes Salazar integrada por 10 hijos, 40 sobrinos, nietos y bisnietos fue desarticulada de a poco. Más de 30 de sus miembros están exiliados en Estados Unidos y otros viven lejos del Valle. Todos atribuyen a “El Papacho” la tragedia de sus vidas.



Él, desde la cárcel, culpa a Miguel Ángel de su tragedia: “por él estoy aquí, porque él mató a mi familia”.



Luna Aguilar asegura que los Reyes Salazar estaban involucrados en actividades ilícitas que nunca fueron investigadas por la protección oficial que gozó Miguel Ángel Reyes Reyes, hijo de la exregidora del PRD, Josefina Reyes Salazar, quien fue asesinada.



“Esas familias pedían cuotas, secuestraban. Miguel Ángel le sacó los ojos a una niña de cinco años, mataron a mi familia, ¿cómo cree que yo no iba a parar todo eso? Ellos dicen que son activistas y se agarran de eso, pero nadie dice lo que hicieron ellos a muchas familias, entre ellas la mía”, insiste.



El archivo periodístico refiere que Gastón Luna Aguilar, de 37 años, e Iris Marlene Hernández, de 42, fueron localizados muertos en diciembre del 2010 en el Kilómetro 14 de la carretera a Casas Grandes, cerca del Cerro del Caballo.



Gastón y su esposa eran pastores y fundadores de la iglesia cristiana Sol de Justicia en el municipio de Guadalupe. Los vecinos recuerdan que la pareja repartía despensas para las personas de escasos recursos y recolectaba juguetes que regalaba a los niños.



Miguel Ángel y otros integrantes de su familia supuestamente exigieron el pago de cuotas a los hermanos Luna Aguilar. El pastor se negó y fue despojado de una camioneta van con juguetes, ropa y alimentos, luego fue asesinado junto a su esposa e hijo recién nacido. Antes le contó de la amenaza a Mauricio, quien empezaba su negocio de compra-venta de autos usados y también era extorsionado. “Así empezó todo”, resume.



El Diario (ED): ¿Usted era cristiano?



Mauricio Luna Aguilar (MLA): Yo era copastor en la iglesia.



-ED: ¿En qué momento deja la religión?



-MLA: Desde que mataron a mi familia. Querían secuestrar y matar a mi niña de cinco años para que pagara la cuota. Ahí fue donde yo lo dejé todo e hice eso con la familia de él, porque sí sabe lo que yo le hice a la familia de él.



-ED: La Fiscalía buscó a los hermanos Reyes y no los encontró hasta que aparecieron los cuerpos en la carretera, ¿los desenterró?



-MLA: Los buscaron… sí, yo se los di para vengarme. Yo se los puse en la carretera.



Tras el triple crimen Luna Aguilar fue detenido y presentado ante el Ministerio Público federal que lo liberó casi de inmediato, lo que generó las protestas de activistas sociales que apoyaban a los Reyes Salazar.



-MLA: Me llevaron a la PGR y salí absuelto ese mismo día, cuando estaban velando a los Reyes Salazar.



-ED: ¿Cómo absuelto? Si usted dice que sí fue el asesino.



-MLA: ¿Cómo salí absuelto? Ah, eso no sé.



Versiones extraoficiales aseguran que fue Gabino Salas Valenciano, líder del cartel de Sinaloa en el Valle, quien pagó 70 mil pesos al Ministerio Público federal por la libertad de “El Papacho”.



-ED: De Gabino Salas ¿qué me puede contar?



-MLA: De Gabino Salas no le puedo contar nada.



-ED: ¿Ni de quién lo mató?



MLA: No puedo decir quién lo mató, ni por qué, ni nada.

Aquí puedes ver que efectivamente "El Sapo" (noticia vieja) anda en la droga y no por nada les pasa lo que les pasa:



Chihuahua en sus momentos de infierno puro (mañana segunda parte)

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