Siempre
que oía hablar a los hombres que iban a despedir a un compañero de mi oficina
que se iba a casar, hablaban entre ellos y yo no podía escuchar nada de lo que
decían y luego todos se reían, así que
comprenderán mi curiosidad por enterarme.
Un día, me encontré con un amigo de la facultad que no veía hace tiempo y en la conversación salió que
uno de sus compañeros se iba a casar y al preguntarle en que consistía la despedida, me comentó que iban a reunirse tres compañeros mas el agasajado.
Que hacen en esas despedidas? le pregunte. Me respondió que tomaban unos tragos y que le gastaban bromas al novio.
Puedes invitarme? le dije. Invitarte?
pregunto, ignorando yo el porqué del brillo en sus ojos. Toma, esta es la
dirección del departamento donde se va a
realizar, te esperamos el viernes a las 8 de la noche.
Ese día estuve pensando que iría a pasar esa noche, seguro que estos degenerados iban a invitar a una de
esas mujeres que se desnudan y baila con cada uno de los invitados. Todo eso no
me escandaliza ya que soy una chica liberal y sin prejuicios, así que llegue a
mi casa temprano, me
bañe y luego de buscar
en mi ropero, elegí una minifalda de cuero, arriba me puse una malla de licra
que hacía que se formaran muy bien mis senos, me puse unas medias color carne y
mis zapatos taco 9. Tenía que ir bella, no vaya a ser que inviten alguna chica
mas y este vestida mejor que yo.
Me dirigí en un taxi a la dirección que me dio mi amigo y al llegar subí en el ascensor hasta el piso 8 y un
poco nerviosa toque la puerta. Al entrar ya se encontraban tres hombres y mi
amigo en el interior, todos se pusieron de pie muy caballerosamente y me
saludaron.
Enrique cuál de ellos es el novio? le pregunte a mi amigo. Es él, Kathy, su nombre es Ricardo. Yo le dije que esta
noche se debía divertir bien ya que después no podría hacerlo y todos se rieron a carcajadas, lo que
me dejo un poco desconcertada ya que no pensaba que lo que había dicho fuera
muy gracioso.
Enrique mi amigo me dijo, siéntate Kathy que te voy a preparar un trago que traje de mi último viaje a Iquitos, es un combinado de chuchuhuasi y llonque.
Yo no conocía ese trago pero asentí con una sonrisa.Para mis adentros pensaba en qué momento comenzaría el show. Me alcanzo un vaso con un liquido de color café que en un primer momento pensé que era Kalua, pero cuando lo bebí sentí un calor en la garganta e inmediatamente
mis mejillas se pusieron coloradas y parece que me subió a la cabeza rápido ya
que no había aun cenado.
Todos los chicos estaban ubicados frente a mí en la salita, por lo que en todo momento tenía que estar con una mano
en mi falda para que no vieran mis braguitas. A medida que pasaba el tiempo,
las bromas pasaron de color castaño a castaño oscuro y todos se reían a carcajadas. Yo les dije que por qué no ponían música para bailar, y
ellos dijeron, si, que baile con el
novio.
Al parecer esas despedidas no tenían nada de particular ya que ni siquiera habían invitado a una desnudista.
Ricardo el novio me tendió la mano para sacarme a bailar,
pero cuando me pare sentí el cuerpo todo adormecido y la cabeza me daba
vueltas. Para que nadie notara mi estado, trataba de reírme y hacer como que
nada me sucedía.
Ricardo bailaba conmigo y me apretaba contra su cuerpo, tanto que podía sentir su aliento en mis mejillas. Cuando
menos lo esperaba me robo un beso mordiendo con sus labios los míos. De pronto
me hizo dar un giro y caí en los brazos de otro de los invitados que en vez de
poner su mano en mi cintura la puso en una de mis nalgas y el resto estaban
parados esperando su turno para bailar conmigo, acompañando con palmas la
melodía. Luego le toco el turno a mi amigo que me abrazo de tal forma que podía
sentir el bulto que tenía en el pantalón y se movía de tal forma que la verdad, me
estaba excitando.
El licor de la selva que había ingerido me estaba provocando unos calores en mi cuerpo que difícilmente podía
disimularlos, además era el centro de atención de esos cuatro machos que ya
estaban un poco pasados de copas y distaban mucho de la caballerosidad mostrada
a mi llegada. En una de esas vueltas que me dio uno de ellos caí sentada en uno de los sillones y como casi no podía mantener el equilibrio, caí con las piernas algo abiertas y la cabeza hacia atrás.
Cuando levante la cabeza, los pude ver frente a mi apreciando la blancura de mis braguitas, flanqueadas por mis medias
de encaje. En ese momento me sentía deseada y olvidándome de mis tapujos les dije, chicos como nos podemos divertir esta noche? Que desvistan al
novio, dijo uno de ellos y pusieron una silla al centro de la sala y lo
sentaron a Ricardo. Pusieron una de esas músicas de cabaret y Enrique me tomo
de la mano y me dirigió donde estaba el novio y me puso enfrente de él.
Sonriendo e improvisando comencé a moverme y a inclinarme hacia Ricardo, desabotonando su camisa. El me miraba
embelesado y mientras hacía esto uno de ellos no sé quien, se coloco detrás de
mí pegando su pelvis en mi culo y se movía al ritmo de
la música.
Mientras desvestía al novio, este me agarro los pechos y en mi cuerpo podía sentir un montón de manos, una
mano la tenia fija en mi concha, otras me sobaban las piernas y pude sentir una
lengua que me pasaba por las piernas entre las medias y mis braguitas.
Ricardo se puso de pie y sus amigos gritaban que le baje el pantalón. Lo desabroche y se quedo solo en un bóxer que
no podía ocultar la tranca que tenia debajo y en
ese momento sentí que mojaba mis braguitas. Los demás me tenían agarrada de tal
forma que casi no podía moverme y empezaron a desnudarme
en un mar de besos, lamidas y metidas de dedo en mi ano.
En un momento me quede desnuda, frente a cuatro hombres que querían hacerme suya, pero para ser justos querían que el
novio empezara, así que le baje los bóxer, me arrodille y empecé a mamarla. Yo
también quiero gritaban los otros, así que uno de ellos se sentó en un sillón y me dijo, ven mi amor siéntate aquí, mostrándome una tranca bien parada. Yo muy obediente me senté introduciendo en mi chuchita su
palo y cuando estaba en esa posición se acerco mi amigo Enrique con la pinga
hacia mi cara y la metió mientras yo la lamía.
Los otros dos ya estaban también desnudos y se pusieron al costado de Enrique así que agarre ese par de ricas
vergas, una con cada mano y comencé a correrlas.
Primero sentí una descarga de semen que inundo mi pucha y seguidamente Enrique se separo de mi y empezó a
chisguetear su lechada en mis labios. Como ya había hecho acabar a dos, uno a
los que había estado masturbando me hizo poner en cuatro patas y me empezó a
lenguetear el ano, mientras sentía como de mi conchita goteaba semen de la
anterior descarga.
Luego estando en posición de perra, dejo de dilatarme el ano, se puso detrás
de mí en posición de luchador de sumo y me metió su inmensa verga y empezó a bombear, lo que me hizo sentir en la gloria,
que rico era ser puta pensé, que delicia comerse
tantas vergas a la vez.
Mientras estaba siendo ensartada por el ano, el novio al que le había estado dando una paja, se arrodillo frente a mí
y me puso su pinga en mi boca para que se la mamara. Así estuve pasando de mano en mano, o debería decir mejor de verga en verga hasta que mis tetas quedaron
llenas de chupones y mi pucha y culo todo colorados, al final de la noche los
puse a los cuatro alrededor de mí y se los mame uno por uno y entre ellos se
disputaban para meter su verga en mi boca. Y uno por uno soltó su precioso liquido en mis tetas y mi cara, el cual lamía y tragaba hasta que mi cuerpo
quedo todo pegajoso de tanta leche.
Espero que a Ricardo le haya gustado su despedida de soltero y yo sin querer fui la puta de todos, de pura curiosa que
soy. Ahora espero que me inviten a otra despedida, aunque sea para bailarle un
ratito al novio.
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