27 de enero de 2017

Infidelidad


Para ese día de visita a la casa de Álex, un viejo amigo de mi novio y mío, estábamos cumpliendo un año y medio de estar juntos. La relación se encontraba en lo mejor y podíamos estar seguros de amarnos locamente. Mi novio se llama Christian y yo Lorena, y…

Lo último que supimos de aquel amigo a quien íbamos a visitar fue de que estaba viviendo en un apartamento con un amigo suyo y su hermano, pero nunca me imagine que aquel amigo de Álex estuviera tan rico ni que mucho menos me fuera a encantar de tal forma, tanto… que me hiciera dudar del lindo sentimiento hacia mi novio; ya íbamos entrando en el apartamento, le vi… Y era un tipo de unos ojazos negros y cabello también negro oscurísimo, de una risa espectacular, alto, acuerpado y de una voz celestial, acompañada de un perfil muy masculino.

Lo primero que pensé cuando lo vi fue: “qué bueno que estás, papacito rico”-creo que hasta llegué a expresárselo con la mirada cuando se presento de mano conmigo, me dijo-”Julián Andrés, mucho gusto”-me miró de arriba a abajo y repitió esa mirada de inversa, la verdad me desarmo, sentí que acababa de conocer a un hombresote que se había caído de los cielos, o que de pronto salía de los mismos infiernos; que tentación mas grande, pero que sensación tan rica sentía mi cuerpo nada mas con escucharlo, en toda la noche no hacía otra cosa más que escuchar esa voz tan seductora y esa risa pícara que me hacían pensar en hacerle el amor algún día…

Pero la noche nos avisaba a mi novio y a mí a que ya era hora de partir, nos despedimos de cada uno, pero a él lo mire y le dije-”adiós”-guiñándole los ojos y mostrándole mi linda sonrisa, algo de lo que mi novio se percato.

Conforme pasaron los días, solo me la pasaba pensando a Julián Andrés y en las únicas palabras que compartimos… su nombre, cada vez que lo pensaba sentía como si él me dijera al oído su nombre, seria exquisito hacerle el amor, pero… había un pero… mi novio, ese hombre que me cautivo después de haberme cansado de tantas travesurillas y de tantas noches de rumba en las calles de New York y Miami, que hacía yo, la chica de miles de conquistas de un solo amor cuyo nombre era Christian, pensando y deseando de nuevo esos aires de libertad para acabar en una cama con un nuevo amigo de mi novio.

Si de verdad amaba a mi novio, que hacia deseando a otro en silencio? fue ahí cuando me propuse no pensar más en Julián, pero en ese mismo instante, después de mi resolución cuando me dirigía al baño sonó mi teléfono, lo conteste con rapidez y era él, el chico de la voz sensual, Julián…me pregunto con tono de curiosidad: -”hola, con quien tengo el gusto de hablar?”- su voz era inconfundible, pensé en colgar el teléfono, pero seria ridículo, que pensaría si se llegase a dar cuenta que era yo?-”hablas con Lorena, con quien hablo?”-aun sabiendo quien era-”con Julián Andrés”-me mordí los labios y cerré mis ojos recordando cuando lo vi por primera vez,-”hola, como estas?, y eso que llamas?, como conseguiste mi teléfono?”-le respondí efusivamente, pero en tono suave-”solo quería saludar a tu novio, el mismo me dijo que en caso tal que no contestara el celular lo podía llamar a tu casa… por que, no te gusta que llame a tu casa?”-le dije:”no como se te ocurre, el caso es que el no está, y no creo que venga hoy”- a pesar que le dije que mi novio no se encontraba en casa seguimos hablando de otras cosas, ya que me había propuesto pues que entonces habláramos los dos un rato hasta que Christian llegara, me pareció un muchacho inteligente, agradable, y muy cariñoso dado a la forma en cómo me hablaba o respondía de buena forma en mis conversaciones.

En un ir y venir de palabras me dijo: “no sé si te agrade que te diga algo, pero con todo respeto a tu novio, me pareces una chica espectacular con un par de senos y piernas muy bien puestas, perdóname, pero no sabes cuánto me gustaría haber tenido una novia como tú, no solo por tu físico, si no por tu simpatía y disculpa si te ofendo, pero me dijo Alex que eras una chica de mente muy abierta”-Al escuchar esas palabras, me dieron escalofríos, no sabía que decir, me puse nerviosa, pero mis nervios no me ganaron y le respondí-”bueno la verdad me siento alagada que un hombre como tú me diga eso, pero no me sorprende, ya que me lo han dicho muchas veces. Tratándome de hacer la interesante, seguí diciendo, lastima…” -el respondió ansiosamente-”que te da lástima?”-”nada”-respondí arrepentida, tratando de evitar más palabras le dije que cuando llegara mi novio le diría que lo llamase de inmediato y di por concluida la conversación donde aquel hombre que me movía tanto el piso me había confesado que le parecían atractivas mis piernas y mis senos.

Pasaron los días y cada vez mi novio y yo nos hacíamos mas amigos de Julián, Christian lo invitaba los fines de semana a tomar y escuchar música o a veces íbamos a un billar muy lujoso cerca de Manhattan, donde Christian me enseñaba a jugar mientras yo con mis escote le enseñaba a Julián el nacimiento de mis grandes y redondos senos, con los cuales Julián jugaba con la mirada perdida entre ellos. No lo voy a negar vivía seduciendo, sin que mi novio se diera cuenta, a Julián. Me ponía mi ropa más sexy cuando sabía que vendría con nosotros, lo miraba de arriba a abajo cada vez que se juntaban mis ojos con los de él.

Él lo sabía, me encantaba, se lo demostraba, mas no se lo decía, un día que estaba en mi casa sentado en el sillón frente al mío, lo notaba más nervioso al saberse un poco embriagado y frente a mí, me miraba las piernas que tenía yo cruzadas con una corta falda negra que casi mostraba todo lo que el quería ver, de repente mire a mi novio que se levantaba borracho del otro sofá y dijo que iba adormir por qué no podía mas de la embriaguez.

Era el momento, nos miramos, nos dijimos entre miradas… HAGÁMOSLO, acércate a mi…decidí darle gusto a su mirada furtiva, abrí mis piernas delicadamente, para que viera lo lindo que tenia para él esa noche, cortes invitación, me reí de él y asentí con mi cabeza para que viniera, me miro y me dijo con su sonrisa picarona…”que quieres?”, le respondí… “averígualo…”

Julián se paro, y vino hacia mi lado se sentó y empezó a hablarme al odio… “me encantas”-”me estas volviendo loco, no sabes cuánto me he pasado las noches en vela, pensándote, deseándote, me quiebras hasta los huesos”-me decía mientras pasaba sus labios por mi cuello y oreja izquierda, sus manos eran inquietas y mis ojos cerrados hacían que mi pensamiento siguiera cada roce de sus manos locas por mis piernas las tocaba en mis rodillas circularmente y subía de arriba a abajo, me sentía quemar, necesitaba que me diera dedo, quería que hiciera de mi lo que quisiera.

Le dije… “no sé si sea pecado hacerte el amor ahora mismo, pues pecaré toda la noche”-le pedía susurrando que me tocara, mientras me ponía encima de él sentada, de repente sentí como pasaba su mano por mi sexo y como alzaba con sus dedos las partes laterales de mi tanga poco a poco fue tocándome suavemente hasta que me dio un dedo, luego a medida que avanzaba en velocidad metía mas, luego tres, estaba loca, insaciable, el solo cerraba los ojos y yo lo veía sudando, frenético, su colonia Jean Paul, me invito a que explorara su cuerpo le quite su ropa mientras me daba dedo como nadie, le desabroche la camisa luego me quite y le quite su pantalón, vi su miembro grueso y duro escondido en un calzoncillo blanco-”hay que rico”- le dije pícaramente-”que vas hacer?”-pregunto mientras tocaba mi cabeza, solo baje sus calzoncillos y bese primero solo con mis labios la cabeza de su pene, chupándosela, mientras acariciaba sus testículos, el alzaba sus caderas de la emoción, no sabía que hacer conmigo y yo no reconocía si era el infierno o el mismo cielo, pero le di una mamada en la cual el disfrutó como loco cuando entraba su pene en mi boca y lo sacaba con rapidez.

Me quitó la blusa al pararme, hizo lo mismo con mis sostén, me lamia mis senos redondos y grandes mientras me alzaba la falda y me quita mi tanga ya que estaba parada, a veces apretaba su cara entre mis senos y él me miraba con esos ojos que me enloquecieron desde que lo vi, me abrió las piernas y me puso encima de él, sentí su miembro mojadísimo y aun parado y fuerte, que rastrillaba mi vagina de arriba a abajo, estaba mojadísima, a punto de venirme, le dije ya enloquecida del todo-”métemela, métemela”- suavemente me la metió mientras me miraba con esos ojos y me decía silenciosamente esa boca-”te voy a comer toda, tu dime como quieres”-empecé a moverme circularmente, de arriba a abajo, vertical y horizontalmente, apretaba su sudoroso cuerpo contra mis pechos y me enloquecía sentir su desquiciada respiración en mi cuello y cara, me daba nalgaditas en mi culo, y me decía -”que buenas nalgas tienes, mami”- me sentía una diva, una diosa…

Se vino, no alcanzó ni a quitarse de la emoción, sentí su liquido hirviente dentro de mí, seguí moviéndome, esta vez el acostado y yo encima, me movía suavemente de arriba a abajo, sentía una sensación increíble al saber de todavía su erecto pene acariciando mis paredes, me sentía fuera de sí pero no quería acelerar mis movimientos, quería mas y mas, mis latidos se aceleraban, mi pulso no daba más, lo mordí queriendo ahogar mi frenética pasión en esos momentos, quería mas y mas y mas hasta que mire sus ojos y en un rico sentir de sus labios contra los míos sentí que me vine. descanse alrededor de 10 minutos sobre su pecho y luego me pare fui al baño me vestí y le di un beso, antes de decirle que me ni siquiera nos habíamos percatado que mi novio estaba en el cuarto durmiendo mientras nos revolcábamos los dos,

-Me dijo:”Lo importante fue que nos encantó, ojalá se siga repitiendo mis encuentros contigo y las borracheras de tu novio”.

Hasta hoy seguimos revolcándonos cada vez que podemos, y no sé por qué, mis sentimientos de culpa se acabaron después de esa noche loca.




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