Soy
Arturo tengo 30 años y llevo casado aproximadamente 1 año con Susana, quien había
sido novia mía desde los 16 años. Yo al igual que ella sabía que había tenido a
pesar de nuestro noviazgo relación con otros hombres debido a que nos separábamos
durante temporada por temas de trabajo o estudios. Ella es una chica aunque
bajita muy atractiva con unos pechos que llaman la atención a cualquiera por lo
que no me extraño nada cuando al poco de casarnos nos sinceramos y me conto
todas las aventuras que había tenido anteriormente, estas para mi sorpresa
aunque me cabreaban también me excitaban por lo que le pedí que me las contara
con pelos y señales, y aunque a ella no le hacía mucha gracia en principio,
ante mi insistencia y el amor que nos tenemos empezó poco a poco a describirme
todas sus experiencias, esto a mi me encantaba acabando todo haciendo
salvajemente el amor mientras me dibujaba cada una de ellas. Ella sabe que me
gusta por lo que he conseguido que poco a poco me contara sino todas casi todas
sus experiencias que para mi sorpresa fueron muchas.
Me excitaba muchísimo y ella por supuesto también porque si no,
no se hubiera prestado al juego, me contaba como cuando yo estudiaba en otra
provincia se había tirado a varios de mis amigos y conocidos, haciendo cosas
que jamás me hubiera imaginado, como había besado vergas y había conseguido
beberse todo su semen, como la habían penetrado en diversas de posturas y en
los más variopintos lugares, como había sido penetrada analmente…
A pesar de todo esto nos amamos con locura y disfrutamos juntos
pero yo me di cuenta de que esto me gustaba y por qué no lo iba a hacer todo
aquello delante mío, así que tras muchas propuestas por mi parte, finalmente accedió
a preparar una cita con uno de sus antiguos amantes, que por lo que me había
contado tenía un miembro considerable. Nos las arreglamos para cenar con él, y después
de unas copas le invitamos a tomas la ultima a casa con la escusa de enseñarle
nuestro video de boda, una vez allí y porque no un poco bebidos y con las
insinuaciones de Susana no tardo en adivinar lo que buscábamos, así que mi
mujer empezó a besarle y acariciarle encima del pantalón hasta que dentro del
mismo ya no le cabía su miembro, se lo saco rezumando un liquido transparente
que mi mujer no dejo de lamer, al poco tiempo ya estábamos todos desnudos, el
coño de mi mujer estaba más mojado que nunca, brillando sus grandes labios, yo
estaba a cien pero seguía quieto, mirando como Susana cogía aquel enorme miembro
y sin esfuerzo se lo introducía dentro de su coño sentada encima de él, sus
movimientos eran salvajes por lo que no tardo en correrse en su pubis, era fantástico
su leche corría por su culo, ese era mi momento, me acerque y se la metí por su
mojado culo, imaginen el resto, me corrí dentro suyo en tres envestidas. A todo
esto ella me confesó que había tenido tres orgasmos algo que jamás había
conseguido con un solo hombre.
Esta
primera experiencia no fue la última, pero eso ya es otra historia…
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