8 de febrero de 2017

Me encantas, preciosa



Estoy tomando un café recién duchado, desnudo solo con la toalla puesta alrededor de la cintura. Leyéndote sentado en el sofá. Y como no, caliente y excitado. Es lo malo que tiene leerte, jajaja, que provocas mi calentura... Tus mensajes sensuales y provocadores... Mmmmm...

El ultimo que me enviaste es explosivo. Conoces mis gustos. Lo que me calienta. Sabes incitar mi excitación.
Nuestra complicidad y conexión es lasciva y sensual a la vez. Nuestros encuentros son explosivos. Llenos de pasión y lujuria, mezclados con un punto de ternura. La combinación perfecta. Mi imaginación trabaja y se dispara...

Tomo un sorbo de café, cierro los ojos después de leerte y te visualizo. Veo tus preciosos ojos. Tu sonrisa. Tu lengua....

Y de repente noto como una mano acaricia mi pierna izquierda. Va subiendo. Eres tú? Es real o es que me lo imagino. No quiero pensar en eso. Solo me limito a sentir. A disfrutar de esa tenue caricia de las yemas de tus dedos recorriendo la parte interna de mi muslo. Mi punto sensible. Disfruto de ese roce suave, casi imperceptible, pero continuo. Es agradable, es erótico, placentero. Excitante... Consigues erizar mi piel.

Subes muy despacio. Solo deseo que llegues a mi ingle para que acaricies mi miembro. Sabes que me enloquecen tus caricias ahí. Y me haces sufrir. Rodeas mi pene sin tocarlo y subes por mi abdomen. Ahora sumas tus besos a tus dedos. Besos y caricias. Me derrites. Besas mis pectorales y te entretienes en mis pezones. Los lames y se endurecen. Y por fin llega tu mano a acariciar mi miembro.

-Que pensabas que no te iba a tocar aquí? me dices al oído mientras me acaricias
- Por un momento lo he pensado. Te digo sonriendo
- Pues ahora disfruta...

Y tus besos van bajando por mi cuerpo. Mi excitación va en aumento. Y cuando tu lengua roza mi pene me estremezco. La pasas despacio, de abajo a arriba. La siento. 
Juegas con tu boca, lamiendo la punta  de mi miembro con lentitud hasta conseguir el máximo de mi dureza. Es un placer exquisito. Lo repites de nuevo. Despacio. Muy despacio. Te tomas tu tiempo. Sabes cómo me gusta. De repente noto una calidez y una suavidad que envuelve mi pene y me llevas al séptimo cielo. Tus  labios, tu boca la rodean transmitiéndome una sensación de placer alucinante. Ese calor, la humedad de tu saliva, el roce de tu lengua me hace gozar. Sabes que es lo que más me gusta y con lo que más disfruto. Y me complaces.
Tu lengua juega con mi glande. Lo rodea. Lo acaricia. Lo chupas

- Siiiii Dios! Sigue preciosa...

Abres la boca para saborearme por completo, lamiéndome, chupando, dándome una rica mamada.
Me miras desde abajo de reojo y sonriendo. Paras y te incorporas. Me extraño y te interrogo con la mirada. Tu sonrisa se pronuncia y me lanzas un beso. Vuelves a la carga. Y de golpe noto como tu boca succiona mi pene ahora con ímpetu, con ansia. Subes y bajas a lo largo de mi miembro. Tus labios aprietan el tallo de mi pene en toda su longitud, hasta rodear mi glande casi escapando al contacto de tu boca. Y vuelves a tragarme, hasta casi el fondo de tu garganta. Tu mano la agarra por la base. Aprietas. Consigues que se hinche mas. Se marcan mas las venas. Y combinas los movimientos de tu boca y mano. Me estas enloqueciendo. Tenso mi cuerpo. Levanto mi pelvis. Sigues chupando y aumentando mi placer. Gozo como nunca lo había hecho...

Me haces disfrutar...

Suspiro. Gimo. Clavo mis dedos en el sofá. Me arqueo... Y empiezo a sentir esa sensación previa al orgasmo que te lleva al límite del goce. Y por fin exploto. Siento ese chispazo, esa descarga eléctrica tan deseada dentro de mi ser. Noto ese clímax nacer desde mi ingle cuando arranca a salir mi leche y discurre por mi miembro y me derramo en tu boca.
Chillo pronunciando tu nombre...
-Mmmmm..... Me encantas preciosa... Ven, bésame.


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