Era un
día lluvioso, mi última clase en la universidad terminaba a las 10:00 pm, horas
antes un amigo me había invitado unas cervezas por mi cumpleaños que había
pasado hacia unas semanas, yo acepte su invitación. Nos pusimos de acuerdo para
que pasara a buscarme pasadas las diez y así lo hizo.
Como
habíamos quedado fuimos a un bar, hablamos un buen rato y tonteamos como dos
niños; la verdad tantas risas, miradas y toqueteos me estaban prendiendo.
Luego
que salimos del lugar, en el trayecto hacia mi casa, a 15 minutos de donde habíamos
quedado, encontramos un motel. Él redujo la velocidad y me preguntó si quería
entrar para que "habláramos" más tranquilos, yo le respondí que cómo
sabía que no iba a pasar nada estaba bien, entonces entramos.
Una vez
en la habitación del motel, el puso música apago unos luces y encendió otras, de
manera que el ambiente se fuera adecuando para lo que venía, yo de solo
imaginar lo que me esperaba, mojé mis panties.
Sin
poder esperar a que él tomara la iniciativa me le fui encima y lo tumbé en la
cama y sentada a horcajadas sobre él comencé a besarlo como si fuera la última
vez que besaría a alguien en mi vida. Mis senos se endurecieron y sentía como
su pene se abultaba debajo de mi.
Rápidamente
él me volteó quedando encima de mí, me quitó la blusa y como todo un experto me
beso los senos mientras que metiendo su mano derecha por mi pantalón comenzó a acariciar
mi clítoris.
Mi
respiración era rápida, él me terminó de desnudar y besó apasionadamente cada
centímetro de mi cuerpo. Cuando pude incorporarme le quité la camisa y
desabroché su pantalón, cuando tuve su majestuoso pene ante mí, comencé a
chuparlo, ver cómo se retorcía de placer, como gesticulaba, la forma que
volteaba los ojos... me pusieron a mil, al momento que él se vino yo también me
vine en su rodilla.
Me
clavó su mirada y me pidió que le dijera que yo quería, "métemelo",
le decía y el pedía que se lo dijera más fuerte, gritando le repetí "quiero
que me hagas tuya".
Me hizo
parar y apoyarme contra una mesa, me tomó por detrás y salvajemente me penetró
llenándome por completo, entró y salió dejándome con la respiración
entrecortada y las rodillas temblando.
Me tiró
de nuevo en la cama y dejé que hiciera de mi todo lo que quiso, me vine una, dos,
luego otra vez, mientras él me penetraba deliciosamente y me devoraba con su
boca los senos. Cuando me vine por cuarta vez él se vino conmigo.
Exquisita forma de pasar mi cumpleaños....
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